viernes, 5 de abril de 2013

Capítulo 1 - Me llamo Viborg

Bueno, os dejo aquí el primer capítulo de la historia, estaba programado que se subiese el sólo ayer por la tarde, pero como he visto no se ha subido, asique lo subo yo. Es el primer capítulo y por tanto me he centrado en que deje bien claro varios aspectos de las características de nuestro personaje, además de sus alrededores. Seguramente no es el mejor capítulo, pero hasta el capítulo 3 o 4 no empieza esto a coger ritmo. Os dejo sin más este capítulo, y os aviso de que el capítulo 2 está programado para este Domingo, veremos a ver si se publica, o no... 

Atentamente, vuestro escritor.

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Capítulo 1:

Eran las 7 de la madrugada, en el Distrito 12 apenas habían empezado a trabajar los primeros mineros, yo me encontraba en mi habitación, pensando en el acontecimiento que se acercaba dentro de tan sólo 2 días, La cosecha. Era el primer año en el que mi nombre iba a estar dentro de la urna de los chicos. Tan sólo tengo 11 años, pero han decidido que estoy lo suficientemente cualificado para estar en la urna. Muchos piensan que por culpa de mi edad soy inferior, pero no soy tan ingenuo como ellos piensan, con mis 11 años, manejo los cuchillos mejor que Ckun. Él es uno de los maestros de la escuela del Distrito 12, dicen que toda su vida estuvo preparandose para ir a unos juegos, pero su nombre nunca salió en la urna. Me considero un aútentico profesional con los cuchillos, mi abuelo dice que nunca había visto a nadie con tanta precisión, bueno, miento, el dice que sólo había visto a alguien como yo, su madre. Su madre era Katniss Everdeen, según dicen la mediocre situación de Panem es debido a ella, yo no los creo. Mi abuelo me ha contado muchísimas historias sobre sus padres, y sobre la revolución, de la cuál hace ya 1 siglo. Según me ha contado, su madre y su padre, Peeta, desafiaron al Capitolio es los septuagésimos juegos del hambre. Esto provocó uan revolución de los Distritos, liderada por el Distrito 13, al cuál daban por muerto, y ahora, mas que muerto, es un gigantesco cráter. 

En la escuela, muchos de los niños me restriegan que la situación en la que estamos es por culpa de mi familia, pero yo me dedico simplemente a callarles la boca en el campo de pruebas. Físicamente no soy nada del otro mundo, pero si soy muy ágil, apenas llego al metro 45, y soy de poca embergadura, dice mi padre que él era así de pequeño, en cambio ahora es un hombre alto y ancho de espalda, aunque con cierta barriga, realmente no se mueve para nada, imagino que también debido a su trabajo, el trabaja en el centro de transporte de carbón del Distrito 12. Pasa todo el día sentado en una silla, dando pases y acreditamientos a los mineros. Mi madre en cambio trabaja cultivando algunas plantas curativas, ella dice que desde pequeña le enseñaron a usarlas, sus padres eran descendientes del distrito 11, pero huyeron al 12 cuando se produzco la reconquista del Capitolio. 
-¡Viborg! ¡Baja a desayunar que vas a llegar otra vez tarde!- Es mi madre, siempre llego tarde a clase, me acabo entreteniendo con alguien por el camino, no lo puedo evitar, me gusta hablar

Bajo al salón, me siento en un sillón con la taza de leche al lado, y, como durante toda la semana antes de la cosecha, la televisión se enciende, y emite un pequeño anuncio con la cuenta atrás para la cosecha. Mi abuelo estaba sentado en el sofá:
-Tienes que ganar físico viborg- dijo mi abuelo, Gale.
-¿Por qué abuelo? así estoy viendo
-Tú hazme caso por una vez en tu vida viborg, ve al gimnasio de la escuela, necesitas más físico- Se sentó en su silla de ruedas y se fue a su cuarto. Sus palabras se me quedaron grabadas, "necesitas más físico". ¿Para qué? pensé, estoy viendo así, puede que no sea el más fuerte de mi clase, pero tampoco creo ser tan flojo, no creo que esa fuera la intención de mi abuelo, ¿Porqué debo de ganar físico?, en fin, dejemoslo ahí...

Salgo por la puerta e inmediatamente me encuentro con Ray, es sin duda mi mejor amigo, es algo más que eso, es cómo el hermano que nunca he tenido. Tiene 15 años, pero desde que llegué a la escuela siempre ha estado conmigo. Su padre es el único médico del distrito, por tanto su familia esta muy bien vista, él se ha empeñado en que su familia no es la más rica del distrito, pero yo se qué si. Su padre le compra muchas plantas medicinales a mi madre, gracias a ese dinero sobrevivimos, ya que el sueldo de mi padre es mínimo... No me gusta eso, siento que la familia de Ray me hace tener un plato encima de la mesa, además el siempre me regala algunos zapatos o camisetas que al se le quedan pequeñas, y yo al tener 4 años menos me la puedo poner. Es la mejor persona que conozco, mucha gente en el distrito lo ven como uno de ellos, del Capitolio, pero no le conocen, podría ganar a los 4 chicos mas fuertes de la escuela sin pestañear, y como persona; es envidiable. En cambio su padre es realmente un imbécil. Un arrogante, un egocéntrico. De hecho odia que Ray se junte conmigo, una vez le oí regañarle por juntarse conmigo, el día en el que nos pillaron saltando la valla del Distrito. El Distrito tiene una valla metálica que nos aisla del interior, pero nosotros sabemos un lugar por donde salir, de vez en cuando salimos para practicar con cuchillos o con algún otro arma que Ray consigue de la consulta de su padre. Hoy le notaba raro:
-Viborg, hoy no iremos a clase, vamos al bosque- Dijo con cabizbajo
-¿Qué te pasa? ¿Porque no quieres ir a clase?
-Tengo que hablar contigo, es importante- Me agarró el brazo, con mucha fuerza, y me llevo hacia la valla, salimos y fuimos al árbol donde siempre quedabamos cuando saliamos por separado. 
-Viborg, ¿Sabías qué este año hace 100 años desde la rebelión?- dijo con tono serio
-Pues la verdad no me había fijado, pero ahora que lo dices, es cierto, esta año hace 100 años de aquello- dije asombrado, me parecía increíble que se hubiese fijado en eso, nadie hablaba de la rebelión dentro del distrito 12.
-Pues me parece que tendríamos que intentar mejorar nuestras habilidades antes de la cosecha- Dijo convencido
-¿Por?- estaba realmente asombrado por las palabras de Ray.
- Es el primer año que tu nombre entra en la urna, y justamente hacen 100 años que tu familia inició una rebelión...-
-¿Quieres decir que crees que trucaran la urna para que salga mi nombre?- le corte tajantemente
-No se viborg... Ya sabes como son está gente del Capitolio...- De pronto oímos un ruido detrás de los matorrales que rodean la valla:
-¿Hay alguien ahí?- Dijo Ray cogiendo su daga. De repente, de entre los matorrales aparece Gingle.
-¿Se puede saber que haces aquí Gin?- Dije enfadado
-Os he seguido cuando he visto que no ibais hacia clase- Gin era como yo le llamaba, Gingle me parecía un nombre horrible, aunque nunca me había atrevido a decirselo. Gin era la novia de Ray, llevavan mas de 3 años saliendo juntos, y por tanto la conozco muy bien, pasamos mucho tiempo junto, en gran parte porque su padre trabaja con mi padre. Su madre murió antes de que yo naciera, dicen que estuvo bajo los cuidados de mi madre, pero no pudo hacer nada, a veces cuando la miro, siento que me guarda rencor por aquello, pero en el fondo se que no, ella siempre se ha portado fenomenal conmigo. No obstante, si mi familia apenas tenía para comer, la suya apenas tenía para mantener su casa, Ray invitaba a comer a su padre y a ella amenudo. Gin no es precisamente el prototipo de chica del distrito 12, todas morenas y blancas como la bata del padre de Ray, ni era fornida como todas las chicas de mi clase, ella era increíblemente preciosa, y me dolía decirlo ya que es la novia de mi mejor amigo, pero es la verdad. Es de cabello castaño y piel morena, delgada y fuerte a la vez, Ray tenía mucha suerte de estar con ella.
-¿Viborg? ¿Estás ahí?- Dijo Gin dandome palmaditas en la espalda
-Si, si, que estaba pensando en mis cosas- Y esque, después de escuchar las palabras de Ray, las palabras de mi abuelo em resultaban mucho mas claras, a eso se referia, el también cree que sacarán mi nombre de la urna, ¡Por eso me dijo que ganara físico!.

Ahora todas las ideas estaban claras en mi cabeza, mi nombre tenía todas las papeletas para salir de la urna de la cosecha, asique sin más tardar, cogí a Ray y Gin y nos dirigimos al gimnasio del colegio. Entramos por la puerta de atrás para qué nadie supiese que nos estabamos saltando las clases. Ray se quedó en la zona de musculatura, haciendo algunas pesas y ejercicios, Gin en cambio prefirió irse a clases, no era precisamente el tipo de chica que perdería su tiempo en un gimnasio, yo en cambio me dirigí a la zona de resistencia, puede que no sea demasiado fornido, pero si consigo mejorar mi resistencia, y controlar mejor mis pulsaciones, sería díficil alcanzarme, llevo 2 años ganando la maratón del distrito 12, podría correr durante horas si consigo mejorar mi resistencia. Así que salí a la pista de atletismo y empecé a dar vueltas, a los 20 minutos estaba totalmente agotado. Entonces salió Ray del gimnasio y se dirigió a mi con tono serio:
- Dando vueltas no vas a aguantar más, aguantaras más si haces ejercicios progresivos-Tenía razón. Pasé el resto del día haciendo progresiones de carrera en la recta de la pista de atletismo.

Justo antes de que sonará el timbre, salimos corriendo del colegio y nos dirigimos hacía mi casa. Ray se quedó por el camino para esperar a Gin e ir a comer juntos. Al llegar a mi casa, deje las cosas en mi cuarto y bajé rápidamente a ver a mi abuelo. Sabía que mis padres no llegarían hasta bien entrada la tarde, asique tenía tiempo suficiente de hablar con mi abuelo.
-Abuelo, lo que me dijistes esta mañana, de que ganará físico...
-Veo que te lo has tomado enserio- Dijo señalando los chorreones de sudor que caían de mi pelo.
-Sí, ya que creo que se porque me has dicho eso, esta año pasan 100 años desde la rebelión de tus padres, eso supone que el Capitolio quisiese rememorarlo llevandome a los juegos.
-Exacto, es más, estoy seguro de que te llevarán...- Dijo mientras se le saltaban las lágrimas.
-Abuelo, si mi nombre sale de la urna no voy a tener miedo, iré y mataré a todos esos profesionales de los distritos ricos, se que puedo con ellos y con cualquiera, solo tengo que saber jugar mis cartas.
-No es tan fácil como piensas Viborg, los profesionales de los distritos 1,2 y 4 están realmente bien preparados, ¡Debes mejorar tu físico Viborg!¡Tienes que salir vivo de la arena!- No me dejo contestarle, salió disparado hacia el salón en su silla de ruedas. Yo me quedé en su cuarto, llorando, sabía que si mi nombre sale de la urna, lo tendré muy díficil para salir vivo de la arena, tan sólo tengo 11 años, debo prepararme.

1 comentario:

  1. Hola , leí tus dos prólogos y el primer capitulo,y tengo que decirte que la historia va muy bien ,me encanta ya espero el siguiente

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