Aquí os dejo el capítulo 2, espero que os guste, no desvela demasiadas cosas, pero si que deja un par de temas bastante en el aire, en los 2 próximos capítulos esto va a coger una velocidad de vértigo, ¡Ya veréis!
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La luz entra por la ventana de mi habitación, me froto los ojos y miro al techo. Hoy es el día, pienso. He pasado estos 2 últimos días mejorando mi resistencia, ahora aguanto casi 45 minutos sprintando en la pista de atletismo, además he ganado algo de peso, recomendación de mi abuelo. Pero la hora de la verdad es hpoy, es el día de la cosecha, apenas quedan 4 horas para que sean las 12, la hora de la muerte, como dice mi padre. Mi abuelo no ha contado nada a mi padres sobre nuestras sospechas, que cada vez se convierten mas en realidad, y más después de que ayer por la mañana, hubiese 3 hombres vestidos de traje y corbata delante de mi casa, lo cual no es muy normal precisamente en el 12.
Bajo a desayunar como siempre, me siento en el sofá al lado de mi abuelo con mi taza de leche a un lado, la televisión se enciende con la cuenta atrás, 3 horas. 3 horas para saber que será de mi. No me doy cuenta, pero estoy temblando, noto sudor cayendo de mi frente, y mis pulsaciones mas aceleradas de lo normal, nervios. Sin apenas darme cuenta mi madre se sienta a mi lado:
-¿Qué te pasa hijo? estás temblando, ¿Nervioso por tu primera cosecha?-Dijo en tono consolador
-Será eso- Deje las palabras en el aire y me fui a mi habitación, tenía que prepararme para la cosecha. Lo primero que hice fue darme un buen baño de agua caliente, en casa no era normal tener agua caliente, pero el día de la cosecha todas las casas disponian de ella. Pasé unos 15 minutos dentro de la bañera, tenía miedo a salir. En 1 hora vendrán Ray y Gin a por mi, y aún no se que me voy a poner, pero como siempre aparece mi madre para quitarme las dudas, abre la puerta, llevaba unos pantalones y un jersey en la mano:
-Lo trajo Ray anoche para ti, dice que fue su ropa en la cosecha de hace 3 años- Cierto, recordaba ese jersey, recuerdo que el dije que me gustaba, Ray está en todas.
-No olvides darle las gracias cuando venga a por ti- Cerró al puerta y escuché como se iba escaleras abajo.
Termino de ponerme los zapatos y miro por la ventana, esos 3 hombres de negro siguen ahí. No tienen pinta de ser precisamente agentes de la paz, los agentes de la paz van de blanco, no de negro.
Quedan tan sólo 25 minutos para que comience la cosecha cuando Ray y Gin llegan a mi casa, salimos camino a la cosecha, esos 3 hombres siguen ahí, nos miran fijamente, dan verdadero miedo.
-Llevan ahí desde ayer- dije con voz temblorosa.
-Una señal mas viborg- dijo Ray mientras se le escapaba una lágrima. Llegamos a la plaza central, a la plaza de la cosecha. Estaba adornada igual que todos los años, en el suelo una gran alfombra negra, a juego con el color del carbón que es el material que producimos en el distrito. A un lado se sitúa el lugar de los chicos, allí es donde debemos situarnos Ray yo. Esta todo lleno de sillas, no parecen realmente cómodas, al otro lado de la plaza el lugar de las chicas, donde debe ir Gin, tiene las mismas sillas. Al fondo de la plaza está el escenario a donde subirá Kutcheska Pertia, es la enviada por el Capitolio para que presente la cosecha. El escenario esta vez es algo más grande que el año anterior, es de color naranja y esta adornado con unos pilares de los cuales cuelgan unas plantas, me suenan esas plantas. Yo me siento en la fila central, mientras que Ray va a la segunda fila que es la que el corresponde, el Capitolio siempre distribuye las filas en orden a la edad. Poco a poco las gradas que están a los laterales de la plaza se van llenando de gente, no veo a mis padres, pero se que están ahí. Mi abuelo nunca viene a ver la cosecha, pero esta año me dijo que vendría, sobretodo si finalmente tiene que despedirse de mí.
Es la hora, la plaza esta absolutamente llena, estoy seguro de que todo el distrito 12 está en la plaza. Empieza a sonar el himno del Capitolio, y sube al escenar Kutcheska, va vestida de negro y morado, con su increíble piel de color blanco, ni una sola arruga, sus tacones deben de medir por lo menos 17 centímetros. Supuestamente junto a ella debe salir el último ganador de los juegos del hambre del distrito 12, pero no tenemos ningún ganador con vida, la última ganadora fue, bueno, fueron... Los padres de mi abuelo, los cuales, están muertos. El año pasado no hubo mentor. Kutcheska comenzó a hablar:
-¡Bienvenidos a todos a la cosecha! Hoy sabremos los nombres de los representantes del distrito 12 en los octogésimoseptos Juegos del hambre- Lo decía en tono vacilón. Ahora se disponía a sacar una papeleta de la urna de los chicos, era el momento. Abrió la papeleta y...:
-Y el afortunado chico que representará al distrito 12 en estos juegos es... ¡Viborg Olsen!- No puede ser, mis peores pesadillas eran ciertas, era yo, era mi nombre, no puede ser. Un gran grito de lamentación se escuchó en la plaza, nadie podía creerlo, era mi primer año en la urna, y había salido mi nombre. No pude evitar empezar a llorar, se acabó, pensé, voy a morir en manos de algún profesional en la arena.
-Viborg porfavor levantate y sube al escenario- Dijo Kutcheska al ver que ni siquiera me había puesto en pie. Me sequé las lágrimas y subí al escenario, estaba temblando, apenas podía subir las escaleras, Kutcheska me cogió por el cuello, tenía la mano helada, como si de un muerto se tratase. Metió la mano en la urna de las chichas, sacó una papeleta y, no podía ser cierto.
-Y la afortunada que representará junto a Viborg al distrito 12 es... ¡Gingle Woodson!- No puede ser verdad, ¡Gin!, no se que es peor, si morir yo, o que además, tengamos que morir los 2. Levanto la cabeza del sobresalto y veo a Ray, estaba gritando, los agentes de la paz tuvieron que sacarlo de la plaza, no paraba de gritar y llorar, mientras tanto Gin estaba subiendo al escenario, no lloraba, no temblaba, es más, parece que estuviese esperando este momento.
-Estos dos chicos serán nuestros representantes, ¡Felices octogésimoseptos juegos del hambre, y que la suerte este siempre de vuestro lado!- Ese era el mensaje con el que finalizaba la cosecha, de la nada aparecieron 2 agentes de la paz y nos llevaron hacia el edificio de la Justicia, allí pasaríamos algo más de una hora para recibir visitas, acto seguido tendremos que coger el pie que nos llevará al Capitolio.
Entro en la habitación, me tumbo en la cama y empiezo a darle puñetazos a la almohada, ¡No puede ser!, es el primer año que participio en la cosecha, porque a mi, porque yo, ¡Por qué!. Me levanto de la cama y ando un poco por la habitación, no es demasiado grande, pero dada mi estatura puedo dar un par de vueltas. Pienso en la situación mientras lloro, no puede ser, esto no puede estar pasando, me vuelvo a sentar en la cama, apoyo los brazo en mis rodillas y me tapo los ojos, no me lo puedo creer, debe de ser una broma, una pesadilla. De repente se abre la puerta, son mis padres, mi madre corre rápidamente a abrazarme, está llorando:
-¡Por qué a ti! ¡Por qué hijo mio!- Nunca había visto a mi madre asi, no me soltaba, estaba temblando mas que yo, estaba realmente con un ataque de ansiedad. Le cogí de la manos, le sequé las lágrimas y sin apenas yo mismo creermelo, le dije:
-Tranquila máma, volveré, y viviremos felices y sin volver a pasar hambre, ya lo verás- Ni yo mismo me creía eso que acababa de decir, supongo que el ver a mi madre así me había hecho delirar. Luego mi padre se me acerco, me abrazó y me dijo:
-Te quiero hijo, te quiero- Empezó a llorar y acto seguido un agente de la paz los sacó de la habitación, antes conseguí a mi padre desearme suerte. Pocos minutos depués la puerta se abría. Era mi abuelo, estaba como si nada:
-Al final nuestras sospechas se cumplieron pequeño, tendrás que ir a los juegos. Acabo de ver a tu madre, está realmente mal, parece que el único que apuesta por ti aquí soy yo- No me lo podía creer, mi abuelo creía que iba a salir vivo de los juegos.
-Abuelo, sabes que voy a morir. En la arena hay tributos profesionales que llevan entrenando y esperando este momento toda su vida, me matarán en cuanto me vean.
-Viborg, te conozco, se como eres, y se que con un par de cuchillos podrías matar a cada uno de los tributos profesionales. Tienes que confiar en ti, lo vas a lograr- No me dió tiempo a despedirme de él. Salió por la puerta, no tuvieron que venir a por él, simplemente se fue, el confía en mi. Cuando ya pensaba que nadie mas vendría a verme, apareció Ray, estaba mucho mejor que cuando se lo llevaron de la plaza, se sentó a mi lado:
-Viborg, tienes que cuidar de ella, prometemé que iréis juntos y os ayudaréis, porfavor.
-Por supuesto Ray, todo saldrá bien- Me notaba mucho más confiado después de la charla con mi abuelo, aunque realmente, seguía temblando y sollozando-¿Has estado con ella? le pregunté.
-Si Viborg, es increíble, está tranquila, practicamente no me habló, se dedico a abrazarme, está confiada en que saldréis adelante, dice que no le importa morir, ¡Se ha vuelto loca!- ¿No le importa morir? Gin esta rara, nada más que ver como subió al escenario... Ray se quedó en silencio, y justo cuando el agente de la paz entró en la habitación me dijo:
-Cuidala.
Han pasado 30 minutos desde que Ray salió de la habitación, ahora es Kutcheska la que llama a la puerta:
-Hola jovencito- dijo en todo gracioso, aunque yo no le veía ninguna gracia a esta situación, iba a morir.
-Hola Kutchescka- Dije sin practicamente pensarlo.
-No me llames así por dios, dime Kut, es como me llaman en el Capitolio.
-Vale... Kut.
-Es la hora, debes ir a la estación, allí está ya Gingle con vuestro mentor- Salió de la puerta y me guió hacia un coche, el coche que nos llevaría a la estación. Estaba en el coche y no podía parar de pensar en algo, teníamos un mentor, ¿Quién será?.